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Nabito: Fuerza y esperanza




Una historia de lucha y amor en medio de una enfermedad que quiere evitar que un cómico siga haciendo reír a la gente.





Escribe Gabriela Zevallos


La vida es dura y agotadora. Te coloca en las situaciones más complicadas con el objetivo de poner a prueba tu fortaleza. En todos mis años de vida, he aprendido que nada se obtiene en un abrir y cerrar de ojos, que hay personas que padecen más que otras y que el esfuerzo siempre vale la pena. 


Lograr salir adelante manteniendo el equilibrio para no caer es cosa de valientes, sobre todo, si en el camino te cruzas con una enorme piedra que interrumpe tu andar. Esta lección de vida la vi con mis propios ojos: En un padre que lucha contra una enfermedad que quiere robar su brillo y en un hijo que no está dispuesto a soltar su mano. Ambos me enseñaron que los sueños se cumplen si uno persevera y que nunca es tarde para seguir viviendo. John Sandoval y su pequeño Roger me demostraron que la fuerza y la esperanza son uno solo. 



Roger, o mejor dicho, Nabito Junior, de apenas 14 años, es la viva imagen de su padre. Hábil, carismático y con un sentido del humor por las nubes. Quiere ser como él, un gran artista que lucha por sus sueños. “Estoy orgulloso de todo lo que ha logrado”, dijo frente a varios medios en una conferencia de prensa hace unos meses, de pie y, con la frente en alto, feliz por tener a su lado a un hombre fuerte y valiente que no es capaz de rendirse.


Jhon Sandoval es la razón por la que Nabito Junior se muestra feliz creando contenido de entretenimiento. Nabito, como también se le conoce, lo guía y le enseña el verdadero objetivo de pararse en un escenario frente a cientos de personas, a pesar de su condición. Como todo padre, dejó de lado el desconsuelo en el que se vio sumergido, para batallar por el bienestar de su hijo. 


EN LA TV

En el 2022, Sandoval se paró frente las cámaras de ‘El reventonazo de la Chola’ y sorprendió a todos con sus palabras: “En el 2018, el doctor me dijo: ‘vas a tener solo seis meses de vida’, pronunció juntando la valentía suficiente para contar aquel desgarrador momento que cambió su vida por completo. 


Aguantó la pena en un principio, pero terminó quebrándose ante la audiencia. “Me quedé mudo, me quedé en shock”, continuó. Es imposible decir que no fue conmovedor ver cómo luchaba con el dolor y la angustia a través de la pantalla. Fueron palabras duras y difíciles de pronunciar, pero él, a pesar de ello, juntó todas las fuerzas que le quedaban para contar su historia, convirtiéndose en un ejemplo a seguir.  


Fue diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa que afecta el movimiento de los músculos y las funciones físicas. De diez casos, solo uno es por defecto genético. Sin embargo, aún no se conoce la verdadera causa de esta afección por la que muchos solo viven hasta cinco años como máximo, debido a la insuficiencia respiratoria. Actualmente el principal objetivo del tratamiento es prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes, dicen los científicos. Agregan que no tiene cura. 


Desde entonces, a Nabito se le dificultaron muchas cosas. Dejó de mover los brazos y sus piernas comenzaron a fallar. Recibió críticas, lo juzgaron por no dar el cien por ciento de su esfuerzo en el trabajo y sintió que se le venía el mundo encima. Sin embargo, decidió no darse por vencido y ahora luce feliz al lado de Nabito Junior, creando pequeños vídeos y luciéndose en las redes sociales, estableciendo un vínculo que los mantendrá unidos de por vida. 


“Yo dejé de hacer mis shows por un tema de seguridad, pero luego me dije, ¿por qué voy a dejar de hacer lo que me hace feliz?”, me comentó Nabito con voz firme. Tuve el honor de conocerlo a inicios del presente año. Estaba por estrenar su nuevo show “Nabito con Kalle” y su hijo iba a actuar a su lado. Recuerdo el brillo sus ojos al ver a su primogénito participando en la conferencia. “Estoy muy feliz de subir a un escenario con mi padre”, fueron las palabras del pequeño gigante. El ambiente era cálido y familiar. Todos los presentes sonreían felices. 


“Mi hijo está incursionando en la comedia y poco a poco irá creciendo”, resaltó Sandoval, mientras lo miraba orgulloso. Aquel legado que su padre, el gran Roger Sandoval, también cómico ambulante, le heredó, se lo estaba dejando a su sucesor.


Y ser un cómico ambulante es de guerreros, de bravos, porque no es fácil salir a las calles y realizar actuaciones en lugares públicos, arriesgándose a las burlas y los rechazos. No es fácil improvisar la presentación frente a un público exigente y hacerlos reír como deseen. No es fácil colocarse un disfraz y entretener a todos los presentes para ganarse los frijoles. 



No siempre es fácil gustarle a todos. Sin embargo, Nabito y Nabito Junior demostraron y siguen demostrando que el amor puede vencer cualquier barrera. Que es mejor ponerse de pie y seguir en el camino a pesar de las dificultades de la vida. Ambos son uno solo. Diferentes generaciones, pero un solo legado y una sola fuerza que jamás se va a romper y se mantendrá con el pasar de los años, pase lo que pase.

 
 
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