IRBin: El robot que convierte el reciclaje en premios y conciencia ecológica en la UPN Breña

IRBin, un innovador robot reciclador creado por la startup peruana CIRSYS, está transformando la forma en que los estudiantes de la UPN Breña se relacionan con el medio ambiente. Desde su instalación en agosto, este dispositivo ha capturado la atención de la comunidad universitaria, no solo por su capacidad de convertir botellas de plástico en recursos reciclables, sino también por fomentar, de manera entretenida y educativa, la conciencia ecológica entre los jóvenes. El robot no solo recoge residuos, sino que premia a los estudiantes más activos con productos sostenibles, destacando el esfuerzo por contribuir al cuidado del planeta.

 IRBin instalado en la sede Breña de la UPN, como parte de la campaña de reciclaje universitario – Foto Gustavo Córdova

Escrito por: Gustavo Córdova

IRBin es parte de una iniciativa más amplia del Plan de Gestión Ambiental de la UPN, que busca posicionar a la universidad como un referente en sostenibilidad. La universidad no solo quiere reducir su huella de carbono, sino también generar un cambio cultural en los estudiantes sobre la importancia del reciclaje. Este dispositivo, que ha recorrido varias sedes de la universidad en Lima, Trujillo y Cajamarca, invita a los estudiantes a participar activamente en el proceso de reciclaje de manera fácil y práctica.

El funcionamiento del robot es sencillo pero eficiente: al registrar su DNI, el estudiante introduce las botellas de plástico en el dispositivo, que las reconoce y contabiliza, mientras acumula puntos para premiar a los tres estudiantes más activos de cada mes con productos hechos de material reciclado, como tomatodos o portafolios. Esta dinámica no sólo motiva la participación, sino que también refuerza la idea de que pequeñas acciones pueden tener un gran impacto.

Los resultados ya son palpables. Varios estudiantes comentan que, gracias a IRBin, han cambiado su perspectiva sobre el reciclaje. Antes muchos botaban sus botellas en cualquier tacho, pero ahora reconocen que pueden tener un segundo uso. El entusiasmo generado por la propuesta ha impulsado a otros a involucrarse activamente en el reciclaje, haciendo de esta acción un hábito cotidiano.