“El petróleo impulsa a Brasil al top 10, pero la clave es su diversificación”, afirma especialista en economía.

Este país de América Latina superó a grandes potencias económicas como Rusia e Italia - Fuente: La República

Por: Gustavo Córdova

“El ascenso de Brasil no es una casualidad. En los últimos años, el país ha aprendido a manejar mejor sus finanzas y a atraer inversión extranjera en sectores estratégicos como la energía y la tecnología”, afirmó Pamela Ramírez, economista y docente de la Universidad del Pacífico, en una entrevista exclusiva con Diatreinta. Para la experta, los resultados actuales son el fruto de decisiones que priorizaron la disciplina fiscal y la diversificación productiva.

Las reservas del presal, ubicadas en el Atlántico, continúan siendo el motor energético del país - Fuente: Enverus - “Región del presal de Brasil”

Brasil atraviesa una etapa de crecimiento que lo posiciona como una de las grandes potencias económicas del mundo. Según las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el país sudamericano podría alcanzar en 2026 el octavo lugar entre las economías más grandes del planeta, superando a Italia y Rusia. Este avance marca un hito histórico para América Latina y refleja el esfuerzo de Brasil por mantener su estabilidad económica.

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De acuerdo con el FMI, el Producto Interno Bruto (PIB) brasileño pasará de 2,32 a 2,75 billones de dólares entre 2025 y 2028. Este crecimiento confirma que Brasil se consolida como la única economía latinoamericana dentro del top 10 mundial, un logro que responde a una política económica estable y a una gestión más eficiente de los recursos públicos. Además, este desempeño ha ido de la mano con una reducción de la inflación y un mayor impulso a la inversión pública.

Uno de los motores principales de este crecimiento ha sido el petróleo. Las reservas del presal, ubicadas en aguas ultraprofundas del Atlántico, siguen siendo una fuente clave de ingresos para el Estado brasileño. Este recurso no solo se ha convertido en la principal exportación del país, sino que también genera impuestos y regalías que financian programas sociales, infraestructura y desarrollo regional.

Para Ramírez, el verdadero mérito de Brasil ha sido evitar depender exclusivamente de este recurso natural. “Aunque el petróleo sigue siendo un pilar de su economía, Brasil también ha fortalecido sectores como la agroindustria, la manufactura y los servicios. Esta combinación le ha dado estabilidad y le ha permitido mantener el crecimiento incluso en un contexto global complicado”, comentó.

Las proyecciones del FMI ubica a Brasil junto a Estados Unidos, China, Japón, Alemania, India, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá en el grupo de las diez economías más grandes del mundo. Para América Latina, la presencia de Brasil en esa lista es una señal alentadora: demuestra que la región puede competir a gran escala si combina estabilidad política, inversión y planificación económica.

“El desafío ahora será sostener este ritmo sin depender únicamente del petróleo. Si Brasil continúa apostando por la innovación, la educación y la sostenibilidad, podrá consolidarse como un referente regional y un ejemplo para otras economías latinoamericanas”, concluyó Ramírez.